Trattoria Lilli es una de esas gemas escondidas que debes conocer. No vas a tropezarte con él simplemente caminando por la Piazza Navona ya que está un poco escondido, pero realmente vale la pena, en una zona donde es difícil encontrar buenos restaurantes a precios razonables.
Realmente no vamos a probar ningún plato muuy elaborado, ni nuevas técnicas de fusión, sino más bien un estilo de comida casera romana. Fuera de las rutas de restaurantes cazaturistas. Aproximadamente 20€ por persona. La pasta bien cocinada y los postres caseros.
Ubicado en una esquina muy cerca del Castillo Sant’Angelo, aquí descubrirá una verdadera trattoria romana, dirigida por una familia romana y, lo que es raro, con clientes en su mayoría romanos y de barrio. Ambiente acogedor, ordenado y relajante. Platos exclusivamente locales, muy buen vino de la casa y una carbonara, entre los mejores que se pueden probar en Roma.
La experiencia
Fue una gran experiencia comer en Lilli, Todos los empleados son muy cálidos y nos recibieron aunque estaban full de reservas. Comimos rodeados de romanos, lo que habla muy bien de la comida. Un almuerzo muy casero. De postre nos pedimos un tiramisu delicioso.
